Tu psicoterapeuta en Gerona
Las personas que acuden a terapia psicológica, normalmente, los une un mismo denominador común: la necesidad de realizar un cambio en sus vidas que les ayude a encontrarse mejor consigo mismas y con su entorno familiar, social o laboral. A menudo, la persona que asiste a la consulta, se da cuenta que los intentos previamente realizados para solucionar su problema han resultado fallidos, faltándole los recursos y las herramientas efectivas que le ayuden a funcionar positivamente en su día a día.
Son muchos los casos y situaciones que se plantean en la consulta. Cada persona, con su propia mochila de vivencias, tiene su propia experiencia de vida. Desde el primer momento, se tiene en consideración el relato que la persona hace de su propia experiencia de vida, fomentando una relación basada en la empatía, la autenticidad y el compromiso, que faciliten el bienestar y la exploración conjunta en la forma idónea de conseguir los objetivos de la terapia.
El éxito de la terapia dependerá, en gran parte, de la implicación de la persona en su proceso de cambio, lo que es esencial en la adquisición de expectativas y competencias a la hora de afrontar el problema. Normalmente, el proceso de cambio se suele producir desde los inicios de la terapia psicológica, cuando, a través del acompañamiento y asesoramiento terapéutico, la persona que solicita ayuda es capaz de ir objetivando, estructurando y organizando la situación que quiere solucionar. Hay que tener presente que el cambio no será un proceso lineal y estructurado, como se puede llegar pensar, sino un proceso vivo y continuo en el tiempo, en el que se pueden producir retrocesos y avances que permitirán a la persona ir ejercitando y poniendo a prueba sus recursos y habilidades en la solución del problema.
Si bien es cierto que todas las personas tenemos la capacidad de desarrollar nuestras habilidades y competencias para superar nuestras limitaciones, en ocasiones, nuestros hábitos, patrones de comportamiento y creencias desadaptativas pueden convertirse en una barrera para nuestro crecimiento personal, llegando causar malestar. El proceso de terapia psicológica se basará en la adopción de un enfoque positivo y constructivo que ayude a la persona a dar coherencia en su manera de pensar, sentir y actuar ante la vida. Precisamente, es la interrelación entre pensamientos, emociones y conductas la que a menudo se ve afectada en estados de "crisis". En la terapia se interviene a tres niveles: cognitivo, emocional y conductual. A nivel cognitivo, se interviene en el análisis y gestión de todos aquellos pensamientos y creencias que pueden interferir en su desarrollo personal y social. A nivel emocional, se interviene en todos aquellos estados de preocupación, ansiedad, miedo, depresión .., que pueden genera malestar y afectar su funcionamiento cotidiano. A nivel conductual, se explora y se interviene en todas aquellas conductas y actividades que puedan estar retroalimentando el problema y dificultando el proceso de mejora.
La terapia psicológica, además de desarrollar intervenciones orientadas a resolver problemas y dificultades, también ofrece un espacio para el crecimiento personal, donde tomar conciencia de nosotros mismos y la relación que tenemos con nuestro entorno, potenciando nuestras capacidades, aceptando nuestras limitaciones y proporcionando las destrezas específicas que permitan a la persona conseguir llevar una vida más plena.